Por: Profesor Fredis Rodríguez

“Una sola antorcha puede disparar la oscuridad acumulada de mil cones” Tilota.

Hoy podemos observar un mundo convulsionado por: violencia, situación económica difícil, corrupción, falta de empleo y lo que es peor, una niñez y una juventud con unos patrones familiares alejado de su realidad. No podemos negar que la intolerancia que vive la sociedad se traslado a la escuela, donde vemos niños y jóvenes, hasta los mismos maestros, agarrados por discusiones simples, politiqueras, deportivas…

Las relaciones interpersonales son cada día mucho mas agresivas lo que lleva a los conflictos, los cuales nos vuelve cada día mas inconsciente de nuestra falta de valores como el respeto y la responsabilidad, pero sobre todo la intolerancia que estamos viviendo por falta de dialogo. Todas la personas pensamos en si mismos, sin tener en cuenta al otro, no respetamos las diferencias, ni religiosas, ni políticas. Todo esto nos lleva a buscar un salida rápida y flexible para llegar a alcanzar una sociedad en la cual se puede tolerar, amar sin distinción, dialogar sin ofender, pero sobre todo buscar fórmulas cordiales eficientes que permitan a cada uno de los miembros de la sociedad controlar nuestra intolerancia y motivar la acción de comprender, sin necesidad de cambiar su estilo de vida, esperando que cada persona haga lo mejor que tiene, para mostrar sin fingir, siendo original. Ahí comienza la verdadera tolerancia que es el fundamento para mejorar el mundo y para mejorar en el mundo la convivencia actual.