viernes, 10 de octubre de 2008
EL ENCANTADOR
Posted on 10:30 by Pequeños Maestros
Metámonos en el Cuento
Por César Castro Hernández
Docente
Hubo un tiempo en que todos los árboles se movían libremente por todo el mundo.
Y era hermoso -según dioses pequeños que aún sobreviven- ver a todo el reino vegetal en movimiento por todos lados; en los bosques, en las selvas tropicales, en las tierras sembradas y sobre el mar.
Era normal y bello ver a los Robles, hermosos, amarillos y morados, detenerse, entrecruzar sus ramas y hablar en medio de los caminos reales, las coquetas Ceibas gustaban de que se les tocase en sus sonoras cinturas, árboles gigantes realizaban competencias para llegar al Cielo y servir de escalones para que bajasen los ángeles, rosas y flores se reunían para perfumarse entre sí y hacían enormes rondas jugando a la marisola. Todo era bello.
Más llegó un día en que apareció El Encantador, como lo llamaban algunos; era un hombre fortísimo que cuando hablaba todos los árboles y las plantas corrían a esconderse en donde podían y los animales aprendieron a temerle.
El Encantador era terrible y se divertía jugando al ¡Encantado! Cada vez que sorprendía a un árbol corriendo, rascándose, pensando o dialogando con otro, lo señalaba con su poderoso dedo y le gritaba: ¡Encantado!. El árbol señalado no tenía más remedio que quedarse allí en donde estaba y con el paso del tiempo y la acción del agua y del sol, las raíces temerosas se hundían más y más en las profundidades de la tierra y el árbol se quedaba allí, plantado, imposibilitado para moverse.
De hecho no se movía más; pero, desde su nacimiento los árboles y las plantas aprendieron a fabricar su propio alimento de tal manera que el hambre no fue su preocupación. Aún más, no solamente comen, sino que lo que les sobra lo almacenan en jugosas frutas que con mucha hambre devora El Encantador.
Poco a poco El Encantador fue encantando a todo el reino vegetal y llegó un tiempo en que todos quedaron encantados, olvidaron que un día se movían con plena libertad y hasta la nostalgia se borró de sus almas.
Por César Castro Hernández
Docente
Hubo un tiempo en que todos los árboles se movían libremente por todo el mundo.
Y era hermoso -según dioses pequeños que aún sobreviven- ver a todo el reino vegetal en movimiento por todos lados; en los bosques, en las selvas tropicales, en las tierras sembradas y sobre el mar.
Era normal y bello ver a los Robles, hermosos, amarillos y morados, detenerse, entrecruzar sus ramas y hablar en medio de los caminos reales, las coquetas Ceibas gustaban de que se les tocase en sus sonoras cinturas, árboles gigantes realizaban competencias para llegar al Cielo y servir de escalones para que bajasen los ángeles, rosas y flores se reunían para perfumarse entre sí y hacían enormes rondas jugando a la marisola. Todo era bello.
Más llegó un día en que apareció El Encantador, como lo llamaban algunos; era un hombre fortísimo que cuando hablaba todos los árboles y las plantas corrían a esconderse en donde podían y los animales aprendieron a temerle.
El Encantador era terrible y se divertía jugando al ¡Encantado! Cada vez que sorprendía a un árbol corriendo, rascándose, pensando o dialogando con otro, lo señalaba con su poderoso dedo y le gritaba: ¡Encantado!. El árbol señalado no tenía más remedio que quedarse allí en donde estaba y con el paso del tiempo y la acción del agua y del sol, las raíces temerosas se hundían más y más en las profundidades de la tierra y el árbol se quedaba allí, plantado, imposibilitado para moverse.
De hecho no se movía más; pero, desde su nacimiento los árboles y las plantas aprendieron a fabricar su propio alimento de tal manera que el hambre no fue su preocupación. Aún más, no solamente comen, sino que lo que les sobra lo almacenan en jugosas frutas que con mucha hambre devora El Encantador.
Poco a poco El Encantador fue encantando a todo el reino vegetal y llegó un tiempo en que todos quedaron encantados, olvidaron que un día se movían con plena libertad y hasta la nostalgia se borró de sus almas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 Response to "EL ENCANTADOR"
Que chévere. Quedé "Encantado" con el cuento. Si lo miramos bien, nos deja grandes enseñanzas. Ojalá y sigan publicando más cuentos.
A mi me tiene encantado es la profesora Rosa Cuentas.
el liceo vale monda ombe
La verdad no termine de leer la hitoria me parecio aburrida y ademas no me gusta leer tanto que digamos simplemente no me gusto, y espero que agan mejores hitorias.
es muy chevere tener una deportista en nuestra Institucion porque podemos contar con ella en cualquier competencia de baloncesto
la historia el encantador nos deja una gran enseñansa,es majica esa historia
Me gusto el comentariode la deportitas Carolina Vergara aunque fue muy largo pero nos hace tener el nombre de nuestra institucion en alto me gusto mucho su historia.
nosotras las personas debemos tener en cuenta los animales
haunque nos hagan cojer rabia los animales no debemos matarlos
que hay que cuidar los arvoles que desaparecen poco apoco
HUY PROFE QUEDO ENCANTADO ESTA MUY CHEVRE EN LA FOTO A LA PROXIMASE RIE NO SALGA SERIO
ENCANTADA
YO
TRATA QUE EL EN CANTADOR ERA UN HOMBRE QUE LE GUSTABA JUGAR AL EN CANTADO LOS ARBOLES LE TENIAN MIEDO PORQUE EL LES GRITABA Y LES PEGABA Y LOS ARBOLES NO TENIAN MAS REMEDIOS QUE QUE DARSE QUIETO
Publicar un comentario